sábado, 15 de agosto de 2009

GIBRALTAR

Carlos De Meer de Ribera


El problema de Gibraltar.

Gibraltar fue arrebatado a España en 1704 en un acto de piratería típicamente inglés. España se encontraba en plena guerra interna, la guerra de sucesión al trono del fallecido Carlos II. Se disputaban el trono español el archiduque Carlos de Austria y Felipe de Borbón. Inglaterra y Holanda luchaban a favor del austriaco y Francia luchaba por el Borbón. Se trataba en ambos casos de apoyar a un candidato al trono en una guerra civil española.

Una flota angloholandesa, al mando del austriaco príncipe de Hesse-Darmstad, intentó atacar la ciudad de Ceuta fracasando, con graves pérdidas pues la plaza estaba muy bien defendida por una guarnición de cerca de 4.000 hombres y 200 cañones emplazados en el monte Hacho. Entonces Darmstad decidió atacar Gibraltar, plaza desguarnecida por carecer de interés especial en plena paz internacional.

La guarnición de Gibraltar se componía de 70 hombres y sus cañones se encontraban desmontados por falta de uso desde hacía muchos años. El gobernador de la plaza, Don Diego Salinas, reclamaba repetidamente se le enviaran más fuerzas pero inútilmente. La flota angloholandesa atacante se componía de 129 navíos de línea con más de 4.000 cañones y una importante fuerza de desembarco. Fue fácil a los atacantes ocupar el istmo con 3.000 hombres y cortar la comunicación del peñón con tierra. La resistencia heroica de los habitantes de la ciudad de Gibraltar fue vencida por el tremendo cañoneo de la flota invasora que destruyó totalmente la ciudad y sus murallas.

El príncipe alemán, al servicio del archiduque Carlos, se apresuró a ocupar la ciudad de Gibraltar en nombre del archiduque y fijar en sus murallas el estandarte imperial, proclamándose dueño de la ciudad de Gibraltar en nombre del rey Carlos III de España; su heraldo proclamaba, recorriendo las destruidas murallas: ¡Gibraltar por el Rey Carlos III de España! Mas, cuando Hesse-Darmstad abandonó la ciudad y embarcó en su buque insignia, ocurrió lo inesperado por el germano: el almirante inglés, Rock, dio a uno de sus capitanes la orden de arrancar el estandarte austriaco y colocar en su lugar la bandera inglesa, tomando posesión en nombre de la reina Ana.

La población de la ciudad de Gibraltar, al ver ondear el pabellón inglés, decidió abandonar su ciudad con su ayuntamiento al frente, llevándose sus archivos y a su patrona la Virgen de Europa. Se instalaron en San Roque que desde entonces conserva la legítima representación de Gibraltar.

En la Casa Capitular de San Roque figuran grabadas en sus muros las leyendas siguientes:

“Muy noble y muy leal ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar, ningún español debe olvidar:

Primero - Que Gibraltar no se rindió a los ingleses sino al partido o bando nacional que defendía los pretendidos derechos del archiduque de Austria a la corona Española en la guerra de sucesión.

Segundo - Que la rendición se hizo en las más honrosas condiciones, después de una lucha heroica y desesperada.

Tercero - Que izada inopinadamente en el peñón la bandera inglesa, el Concejo, los prohombres y con ellos la población en masa se expatriaron, prefiriendo la pérdida de sus bienes y hogares a someterse al yugo extranjero, e instalándose aquí, sin disolverse como tal ciudad, la que reside en este campo desde entonces, fiel a su imprescindible consigna de retorno.”


El pasado inmediato.

El 24 de enero de 1962, el ministro Castiella presentó un memorándum de quejas al gobierno inglés acerca del contrabando que se hacía desde la roca con la protección de las autoridades inglesas. El 11 de septiembre de 1963, España presentó en la ONU, en el comité de los 24, la reclamación sobre descolonización de Gibraltar. España acababa de aceptar la descolonización de Guinea.

Inglaterra bloqueó todo tipo de negociaciones o conversaciones afirmando que era la población de Gibraltar la que debía decidir su futuro, además añadía que no podía entregar la colonia a una dictadura como la de Franco, que otra cosa sería si España fuera una democracia.

El embajador español ante la ONU, don Manuel Aznar, recibió el acuerdo tomado por el comité de los 24, que decía: España e Inglaterra deben iniciar negociaciones inmediatas con vistas a la descolonización de Gibraltar. Por supuesto, Inglaterra ha bloqueado siempre todo tipo de negociación.


Ahora.

Gibraltar es en este momento y desde hace muchos años el centro más importante de contrabando del Mediterráneo, abarcando su acción las costas no solo de España y Portugal, también de Francia, Italia, Marruecos y toda la costa africana más las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia, Malta, etc.

Gibraltar tiene una superficie de 5 km2 y una población de poco más de 20.000 habitantes, casi en su totalidad contrabandistas mediterráneos, malteses, libaneses, indios, corsos, sicilianos y mafiosos de todos los tipos, dedicados al tráfico de drogas y blanqueo de dinero negro.

Casi todos los habitantes de Gibraltar proseen residencias en la Costa del Sol, donde viven, y solo entran por la mañana en el peñón para dirigir sus negocios y salir al caer la tarde.

Cosa interesante es que ningún español puede ser propietario de una casa en Gibraltar, si la recibe por herencia debe venderla en el plazo de un mes a un llanito, en otro caso el gobierno de la colonia se la expropia.

El cierre de la frontera decretado por España en 1960 para cortar el indeseable tráfico de contrabando llevado a cabo por los llanitos con sus entradas y salidas en sus coches, el cierre de la verja, como decimos, provocó una situación ruinosa para Gibraltar que llegó a costar mucho dinero al gobierno inglés que estaba harto de los abusos de los llanitos. Desgraciadamente la UCD cedió a las presiones inglesas y abrió la frontera, con el resultado que ahora se puede comprobar: Gibraltar, con una población de poco más de 20.000 habitantes, tiene registradas del orden de 56.000 sociedades comerciales y abiertos más de 200 bancos dedicados básicamente al blanqueo de dinero negro procedente del tráfico de drogas y otros negocios ilegales.

Hay además otro tema del que no se habla para nada, y es el del peligro atómico. En Gibraltar, con 50 kilómetros de túneles excavados en el interior de la roca, los ingleses han instalado su mayor polvorín nuclear. Armas atómicas que estaban almacenadas en los puertos militares de Inglaterra, fueron transportadas a Gibraltar, con lo que el peligro radioactivo se traslada a los habitantes de Algeciras y la Línea y se salva a los habitantes de las costas inglesas.

Que esto no es una afirmación sin base queda demostrado cuando los submarinos nucleares ingleses con rumbo a las islas Malvinas, durante la guerra con Argentina, tuvieron que recalar en Gibraltar para cargar los torpedos nucleares que la señora Thacher destinaba a los marinos argentinos.

Los submarinos nucleares ingleses entran y salen constantemente en sus refugios submarinos de Gibraltar; quizás aquí se encuentre la verdadera razón de prohibir a los pesqueros de Algeciras que tiendan sus redes en esas aguas. Los niveles de radioactividad de las aguas de la bahía de Algeciras son superiores a los normales.

Inglaterra devolvió a China la colonia de Hong-Kong en 1997. Hong-Kong, de 1.000 km2 y 4 millones de habitantes, fue devuelta sin consultar a sus habitantes. Pues los 5 km2 y 20.000 habitantes de Gibraltar exigen, para el cinismo inglés, una consulta a sus habitantes.