domingo, 17 de enero de 2010

EL TERROR ROJO MADRID 1936
















Carlos De Meer de Ribera










Algo sobre el “Terror” en el Madrid rojo de 1936.




Al terminar la “guerra de liberación nacional” en abril de 1939, se produjeron tal cantidad de denuncias sobre crímenes espantosos cometidos en los años 1936-37, denuncias efectuadas por los familiares de las víctimas, que fue preciso efectuar un estudio lo más completo posible de ese “terror rojo”.



Esta investigación se encargó al “Ministerio Fiscal” que cumplió el encargo redactando la “Causa General sobre la dominación roja en España”. Se documenta en ella el asesinato en Madrid de 86.000 hombres y 620 mujeres, en Barcelona de 60.000 y en Valencia de 40.000. En toda España pasan de 200.000 el número de asesinados, aunque resulta imposible el cómputo exacto puesto que en la zona roja fueron destruidos juzgados, registros, archivos y notarías, y asesinados multitud de jueces, fiscales, forenses y otros funcionarios.



Vamos a copiar solo algunos datos relacionados con Madrid referentes a algunos profesionales asesinados por los rojos.



Funcionarios de la Administración de justicia asesinados en 1936-37:



Don Marcelino Valentín Gamazo, ex fiscal general de la República.

Don Salvador Alarcón Horcas, magistrado del supremo

Don Ángel Aldecoa Jiménez.

Don Jesús Ariasi Velasco, presidente de Sala.

Once (11) magistrados de Audiencia.

Veintiocho (28) jueces de primera instancia.

Veinte (20) fiscales.

Cuatro (4) secretarios de Audiencia.

Veinticinco (25) secretarios judiciales.

Veinte (20) médicos forenses.

Numerosos funcionarios subalternos.



Abogados del Colegio de Madrid:



Don Melquiades Álvarez, Decano del Colegio.

Don Narciso Valentín Gamazo, Secretario del Colegio.

175 abogados colegiados.





Periodistas:



Delgado Barreto, director de la Nación

Miralles Asenjo

Bermúdez Cañete

Vinardell

Traversi, administrador de Prensa Española

Manuel Bueno, director de ABC



Ex Ministros de la Monarquía y de la República:



Álvarez Valdés

Rico Avello

Almirante Salas

Salazar Alonso

Martínez de Velasco

Federico Salmón

Montes Jovellar



Escritores:



Muñoz Seca

Ramiro Ledesma

Ramiro de Maeztu

Víctor Pradera

Honorio Maura



Asesinados por ser católicos:



7.000 sacerdotes.

120.000 laicos.

20.000 iglesias destruidas.



Obispos:



De Barcelona - don Manuel Irurita (+ 3-dic-1936)

De Lérida - don Silvio Huix (+ 5-ago-1936)

De Tarragona - don Manuel Borras (+12-ago-1936)

De Segorbe - don Manuel Serra (+ 9-ago-1936)

De Orihuela - don Juan de Dios Ponce (+30-nov-36)

De Barbastro - don Elorencio Asensio (+ 9-ago-1936)

De Guadix - don Manuel Medina (+30-ago-1936)

De Cuenca - don Cruz Laplana (+ 7-ago-1936)

De Sigüenza - don Eustaquio Nieto (+27-jul-1936)

De Ciudad Real - don Narciso Estenega (+22-ago-36)

De Almería - don Diego Ventaja (+30-ago-1936)

De Jaén - don Manuel Basulto (+12-ago-1936)

De Teruel - fray Anselmo Polanco (+7-feb-1939)





Nota muy importante:




Muchos de los asesinatos de los años 1936-37 nunca fueron inscritos en el Registro, pues los familiares de las víctimas no se atrevían a hacerlo para no ser detenidos y acusados de ser “familia de derechas” y a su vez ser asesinados, cosa que ocurrió en varios casos. Por esta razón esas víctimas fueron llevadas al registro una vez terminada la guerra, lo que explica la mortandad de los años 1939-40 dando pie a que escritores de la izquierda universal cargaran esos muertos sobre el régimen franquista, calificando esos años como “la represión”.



En plena guerra de liberación, el 31 de enero de 1939, Franco forma su primer gobierno en Burgos. En este gobierno designa al general Martínez Anido como Ministro de Orden Público, encargándole encauzar a través de este ministerio todas las denuncias sobre crímenes cometidos en la zona roja, evitando las venganzas personales y llevando todo a los Tribunales.

Todos los crímenes denunciados fueron juzgados por Tribunales de Guerra en los que siempre había un jurista profesional militarizado y actuaba otro jurista como defensor.



El número de condenas a muerte fue del orden de 90.000. Todas las sentencias, una vez dictadas, pasaban al gobierno que debía dar el enterado para su cumplimento, sin él la sentencia se conmutaba por cadena perpetua.



Franco estudiaba las sentencias y, de hecho, conmutaba el 90 %. Sabemos con certeza, por haber investigado en la Auditoría de guerra, que el número de ejecutados se aproximó a los 8.500.